Virgen de Covadonga
La Virgen de Covadonga, conocida popularmente como la Santina, es una imagen de la Virgen María que se encuentra en una cueva en Covadonga (la palabra Covadonga quiere decir precisamente Cueva de la Señora, Cova Dominica), concejo de Cangas de Onís, Principado de Asturias, España. La actual talla data del siglo XVI y fue donada al Santuario por la Catedral de Oviedo en 1778. En Artículos Religiosos Brabander queremos hacer un homenaje especial a esta imagen de la Virgen María.
Virgen de Covadonga, la historia de Don Pelayo.
La historia de la Virgen de Covadonga está ligada profundamente con la figura de Don Pelayo, primer rey de Asturias, famoso por la victoria ganada contra los moros en Covadonga que inició la reconquista de España. Se dice que Pelayo vio en el cielo una cruz rodeada de luz con las palabras "Hoc signo vincitur inimicus": se vence al enemigo con el signo de la cruz.
Y esto es lo grande, maravilloso y asombroso del milagro de Covadonga. La intervención de la Cruz de Cristo, signo de nuestra redención, que enardeciendo a los valientes cristianos iniciadores de la Reconquista, vencieron al enemigo que intentaba acabar con la fe cristiana. La intervención del ejército celestial es sin duda la explicación del triunfo sobre el ejército de los Moros. San Miguel Arcángel al frente de la batalla, rodeaba la Cueva y elevando su espada daba orden de combate a toda la corte celestial, eliminando así a la mayoría de los moros.
Después de la gran victoria, Pelayo fue aclamado rey y la Virgen Santísima es declarada Reina y Patrona de Asturias. Desde este momento empieza la reconquista cristiana de Iberia (antiguo nombre de España) que culminó con el vencimiento de los últimos moros en 1492 bajo el reinado de Fernando e Isabel, que eran grandes devotos de San Miguel Arcángel.
Imagen actual de la Virgen de Covadonga
La Virgen sujeta al Niño en su mano izquierda y sostiene una flor dorada en la derecha. En el rostro de la figura, adornado por una larga melena, se dibujan rasgos sencillos y muy poco expresivos. La cara del Niño, desnudo, resulta también inexpresiva. Ambos tienen la boca pequeña, una nariz fina y a alargada, y la mirada perdida bajo unas cejas extremadamente finas y simétricamente perfectas.
Sobre la cabeza de la Virgen está adornada con una enorme corona dorada con perlas en cada una de sus aristas y adornada con brillantes incrustados. Del arco que describe la parte superior de la corona pende un águila rodeada por un círculo también de brillantes. En ocasiones, cuando la imagen va a ser expuesta, se sustituye esta corona, así como la del Niño, por otras de menor valor.
Puede conocer más acerca de otras imágenes de la Virgen María en otras entradas de nuestro blog, como por ejemplo sobre la Inmaculada Concepción de María.