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Velas y velones en la Iglesia Católica
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Velas y velones en la Iglesia Católica

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Velas y velones de cera en la Iglesia Católica

Los velas y velones de cera para Iglesia tienen un origen en los primeros años de la Iglesia Católica.

Los velones y velas tuvieron una doble función. Por un lado, los velones tenían una función práctica, relacionada con la iluminación de estancias. Por otro lado, una fundición simbólica y evangelizadora relacionada con Jesús.

Velas de cera con fuente de iluminación en la Iglesia Católica

Los primeros años del Cristianismo fueron una época muy difícil para los seguidores de Jesús. El Imperio Romano, los emperadores romanos, fueron un azote constante para los seguidores de la Fe Católica. Durante esos primeros años las reuniones y celebraciones religiosas se realizaban de una manera clandestina, en lugares ocultos que solo conocían los fieles. Muchas celebraciones litúrgicas se realizaban durante la noche, a la luz de las velas y velones de cera de abeja o de aceite de algún animal.

Durante los primeros siglos la iluminación de estancias y lugares de celebraciones dependían única y exclusivamente de las velas de cera o elementos similares.

En el año 313, el Emperador Constantino, a través del Edicto de Milán, legaliza y reconoce el Cristianismo con fe verdadera de todo el Imperio Romano. Este edicto supone un cambio histórico en la situación de la religión católica. A partir de ese momento, las celebraciones empezarán a hacerse en espacios más públicos, fácilmente accesibles para los miles de fieles católicos. Nuevas edificaciones se construyen para dar cabida a las celebraciones litúrgicas.

Las velas y velones siguen teniendo un papel fundamental vinculado con la iluminación de las nuevas edificaciones. Este papel de fuente de luz para las iglesias, parroquias, conventos, catedrales, etc… será desempeñado por candelas durante la mayor parte de los años de nuestra era. Únicamente la llegada de la luz de gas en un primer lugar, y la luz eléctrica después, quita a las velas y velones de cera su papel de principal fuente de iluminación.

En nuestros días, las velas y velones siguen siendo importante en las celebraciones litúrgicas desde un punto de vista simbólico.  

Las velas y velones |Significado en la Iglesia Católica

Los velos y las velas, desde el inicio de la Santa Madre Iglesia, han tenido un profundo significado para los sacerdotes y fieles. Tal y como se ha comentado, la función práctica de sus orígenes han cedido terreno y actualmente solo empleamos estos consumibles litúrgicos como elementos simbólicos.

Las velas y velones, independientemente de su método de funcionamiento (velas de parafina, velas de cera natural, velas a pilas, etc.) son artículos de gran significado religioso. 

Velas y velones símbolo de la luz de Cristo

Según podemos leer en el Evangelio de San Juan, Jesús dice:

“Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).

Este párrafo de la Biblia muestra claramente la identificación que el propio Jesús hace de si mismo y la luz. Cristo es la “luz del mundo”, es el vencedor de la oscuridad, el que le siga tendrá luz de vida.

Hay que recordar que en los primeros años de la Iglesia Católica la luz provenía fundamentalmente de velas y velones. Estos consumibles litúrgicos con un claro elementos funcional, se cargan de profundo significado con las palabras de Cristo. Los primeros cristianos ven la luz como el camino de Jesús, como el camino de la vida y de la Resurrección. Por antagonismo, la oscuridad representa la muerte.

Esta simbología es especialmente palpable el día de la Vigilia Pascual, el día en el que los católicos celebramos la Resurrección de entre los muertos de Cristo. Nuestro Salvador murió por nuestros pecados. La noche de la Vigilia Pascual resucita para concedernos el perdón y la vida eterna.

En la madrugada del Sábado Santo, los templos católicos se llenan de luz empleando el Cirio Pacual. La vela de cera de mayor tamaño que se emplea a lo largo de las celebraciones del año litúrgico. Durante la celebración de la Vigilia toda la iglesia está en penumbra, en la oscuridad, en la muerte. Hasta que el sacerdote enciende el Cirio Pascual, la luz, la vida. Jesús resucita por todos nosotros el día de la Vigilia Pacual y el Cirio encendido es el símbolo de esa Resurrección.

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