Sagrario de bronce con JHS en relieve

Sagrario de bronce con JHS en relieve
Sagrario de bronce con JHS en relieve
Sagrario de bronce con JHS en relieve, Img
Sagrario de bronce con JHS en relieve
Sagrario de bronce con JHS en relieve, Img 1
Sagrario de bronce con JHS en relieve
Sagrario de bronce con JHS en relieve, Img 2
Sagrario de bronce con JHS en relieve
Sagrario de bronce con JHS en relieve, Img 3
Disponibilidad: Bajo pedido
Ref: 0F1605SP

3.955,00€

IVA incluido

o
compra rápidamente sin registrarte

(50.000 Kg.)

Artículo religioso disponible bajo pedido. Plazo de entrega aproximado entre 6-10 semanas. Para más información sobre este producto Artículos Religiosos Brabander.

Sagrario 

  • Sagrario realizado en bronce.
  • 61 cm. de alto.
  • 36 cm. de ancho.
  • 26 cm. de fondo.
  • Sagrario con puerta decorada con elementos litúgicos en relieve.
  • Interior decorado con imagen de Cristo en relieve. 

Sagrario, decoración

"Después de esto, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos.
Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Donde vamos a comprar panes para que coman éstos?» Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco». Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?»
Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente». Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil.
Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda». Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.
Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo». Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo.

Evangelio según San Juan 6, 1-15"